MISIONES.UNO | El Gobierno planea crear una Policía Migratoria bajo la órbita de Seguridad para profesionalizar el control en los pasos fronterizos, reemplazar al personal civil de Migraciones en tareas sensibles y evitar que personas con pedidos de captura o alertas internacionales ingresen o escapen del país.


El Gobierno nacional avanza en un proyecto para crear una Policía Migratoria bajo la órbita del Ministerio de Seguridad, con el objetivo de reforzar el control en los pasos fronterizos y en los ingresos y egresos del país por vías legales e ilegales.

La iniciativa forma parte de una reforma más amplia de la cartera que conduce Patricia Bullrich, pero tiene como eje central el cambio de estatus del personal que hoy se desempeña en la Dirección Nacional de Migraciones, compuesto por agentes civiles sin facultades policiales.

Según fuentes oficiales, los nuevos efectivos de la Policía Migratoria serán entrenados como integrantes de fuerzas de seguridad federales y tendrán capacidad operativa para intervenir ante situaciones de riesgo, detener personas y actuar de manera inmediata frente a alertas internacionales.

Actualmente, el control en los pasos fronterizos se realiza mediante la labor administrativa de Migraciones y el apoyo de Gendarmería Nacional y Prefectura Naval Argentina. El Gobierno sostiene que este esquema sobrecarga a esas fuerzas y deja vacíos operativos en la primera línea de control.

Entre los argumentos que sustentan el proyecto, fuentes vinculadas a Seguridad señalaron que se registraron casos —descriptos como excepcionales pero preocupantes— en los que personas con pedido de captura o alerta roja de Interpol fueron detectadas en puestos migratorios, pero lograron escapar antes de que alguna fuerza de seguridad llegara al lugar, justamente porque el personal civil no está habilitado ni preparado para concretar detenciones.

El traslado de Migraciones al ámbito del Ministerio de Seguridad, y su salida de la órbita del Ministerio del Interior que conduce Diego Santilli, responde a esta lógica de “securitización” del control fronterizo. La idea oficial es alinear a la Argentina con modelos de otros países donde los controles migratorios están a cargo de oficiales especializados, equipados con tecnología y protocolos específicos para la identificación y neutralización de amenazas.

En paralelo, la creación de una Policía Migratoria busca también ordenar y centralizar la información que hoy se genera en los puestos de frontera y que, según explican en el Gobierno, no siempre se integra de manera eficiente a los sistemas de seguridad nacional. El objetivo declarado es que esos datos se transformen en insumos efectivos para prevenir el ingreso de miembros de organizaciones criminales y otros riesgos para la seguridad interna.

El plan, diseñado por Bullrich y su equipo y consensuado con asesores cercanos al presidente Javier Milei, requerirá de leyes específicas en el Congreso para redefinir funciones, facultades y cadena de mando en los pasos fronterizos.

Aunque Bullrich dejará el Ministerio para asumir su banca en el Senado, su sucesora, Alejandra Monteoliva, respalda la creación de la Policía Migratoria y será la encargada de llevar adelante la implementación de esta nueva estructura de control en las fronteras del país.