La presión social del pueblo misionero, que siguió de cerca la conducta de los diputados renovadores ante la emergencia pediátrica y el financiamiento universitario, puso en jaque a un Rovira que hasta ahora había gozado de la impunidad de las sombras para garantizar el aval incondicional de los diputados misioneros a Javier Milei.
El acuerdo entre el conductor de la Renovación, Carlos Rovira, y el líder de La Libertad Avanza, Javier Milei, quedó al desnudo en las últimas semanas, y el propio Rovira terminó asumiendo un protagonismo inesperado en plena campaña.
La Renovación, que inició una carrera desesperada por reposicionar a Herrera Ahuad y presentarlo como un hombre fuerte, hace agua por todos lados. Es que Rovira es una figura de peso extraordinario en Misiones, con un nivel de rechazo que alcanza al 80% de la población.
El cambio de discurso no logra penetrar. Más allá de que todo el aparato renovador —dirigentes, militancia y buena parte de los medios de prensa misioneros— intenta mostrar a la Renovación como opositora al gobierno de Milei, los dos años de acompañamiento a cada medida y el festejo de sus excusas de “gobernabilidad, con gobernabilidad se paga” vuelven inútil cualquier esfuerzo. La credibilidad está por el piso.
Esta vez, Rovira no tenía margen de maniobra: o los diputados renovadores votaban en contra de Milei, o las expectativas electorales se derrumbaban.
Aun así, el peso del acuerdo entre el líder de la Renovación y el líder de La Libertad Avanza era tan grande que, pasado el mediodía —a pocas horas de la votación—, los diputados misioneros todavía no podían confirmar cómo votarían, porque la orden de Rovira no llegaba y la rosca con el gobierno nacional seguía en marcha. De hecho, medios nacionales revelaron que la oposición real (Fuerza Patria) no contaba con el voto de los renovadores para frenar el veto de Milei.
Finalmente, los cuatro diputados misioneros votaron, por primera vez en dos años, en contra de los intereses de Javier Milei. No por convicción, sino por alineamiento con la orden de Rovira y con los intereses inmediatos de su jefe político, que enfrenta una elección bajo la mirada atenta del pueblo misionero y de un número creciente de dirigentes renovadores que cuestionan cada vez más las decisiones del “driver”.
El insólito posteo de los cuatro renovadores como “héroes nacionales”
Al mejor estilo de Joseph Goebbels —mano derecha de Adolf Hitler y ministro de Propaganda del III Reich—, la Renovación apela a uno de los principios más repetidos de aquella maquinaria: “Miente, miente, miente, que algo quedará; cuanto más grande sea la mentira, más gente la creerá”.
Para la Renovación, las cartas ya están sobre la mesa y no hay forma de recalibrar la estrategia. “Ahora somos los que vamos a frenar a Milei”. Fingir demencia, esa es la única orden que se baja.
Por primera vez en dos años, los diputados de la Renovación no fueron funcionales a Javier Milei. Eso no exime a la Renovación ni a Carlos Rovira de la responsabilidad por el pacto de “gobernabilidad, con gobernabilidad se paga”, que le permitió a Milei avanzar con sus medidas de ajuste y hacer el descalabro de sus primeros dos años de gobierno.
“Podés cambiar el discurso, pero no podés cambiar los candidatos. Micaela Gacek es Milei. No hay forma de borrarla de la lista, no hay manera de disimularla. Gacek es Milei, y Gacek es quien asumirá por la Renovación”, comenta, muy molesto, un dirigente peronista que integra la Renovación pero que se siente cada vez más lejos del espacio.
La Renovación necesita a Herrera Ahuad en Misiones. Ninguno de los dirigentes renovadores consultados por MISIONES.UNO sugiere que exista posibilidad de que Herrera Ahuad asuma como diputado nacional. El Gobierno de Misiones tiene acuerdos de gobernabilidad con Javier Milei y eso no va a cambiar. Después de las elecciones —tras la especulación de sumar un voto más—, el mantra de “gobernabilidad, con gobernabilidad se paga” volverá a la boca de todos los renovadores.
Un dirigente renovador, consultado por los trascendidos de que asumiría Micaela Gacek en lugar de Herrera Ahuad, explicó la lógica rovirista detrás de la movida del conductor de la Renovación: “¿Para qué destruir una figura —quizás lo mejor que hoy tenemos— exponiéndolo como diputado nacional para que vote todo lo contrario a lo que promete en campaña? Herrera no podría volver a pisar Misiones. Va a asumir Gacek, eso Rovira ya lo tiene aceitado. Gacek va a ir y a levantar la mano en todo a favor de Milei, sin que siquiera la tengan que llamar desde Misiones. Así se va a dar. En la Renovación estamos militando a la libertaria; ese es el sapo que hoy nos estamos tragando todos…”
“Es triste pero real: estamos militando con un candidato que se muestra sensible y repite donde va que le va a poner un freno a Milei, y el 10 de diciembre vamos a mandar a una diputada que elogia a Karina Milei como una figura fantástica y que, cuando llegue a Buenos Aires, lo único que va a hacer es sumarse al circo de los libertarios. Así de rancia está la Renovación hoy. Pero nadie puede cuestionar nada, porque, automáticamente, te dicen: ‘Es una decisión de Rovira’.”
“Escondan al titiritero, levanten al muñeco”
Con Rovira como protagonista, la campaña se hunde. El estado de desesperación por levantar la figura de Herrera Ahuad ya se siente. Incluso se lo ve presentarse diciendo: “Hola, soy Herrera Ahuad, voy a ponerle un freno a Milei y a mí nadie me dice a quién tengo que votar”. Lo que debería ser una obviedad hoy tiene que ser repetido como un mantra, en este contexto es necesario y vital para la Renovación que los misioneros se crean lo que dice Herrera Ahuad.
Crisis de identidad: ya nadie sabe qué es la Renovación
Nadie logra responder con certeza qué es hoy la Renovación ni qué ideas representa. Se jactan de defender a los misioneros de Javier Milei y de sus políticas de ajuste; sin embargo, hasta hace dos semanas se ocupaban de garantizarle al gobierno nacional los votos para aprobar sus leyes.
Las banderas del misionerismo ya no existen: no se alzan porque aquel proyecto que alguna vez fue, dejó de ser. Y esto no es una opinión de quien escribe, sino una visión de muchos dirigentes renovadores que ya están cansado de los inventos de laboratorio que hace Rovira.
En sus inicios, la Renovación nació como un espacio transversal, con visiones provenientes del peronismo, el radicalismo y una amplia convocatoria a independientes para construir una nueva Misiones. Había diferencias, sí, pero también puntos de encuentro que permitían trazar un proyecto común. Con el paso de las elecciones, sin embargo, el frente fue incorporando dirigentes con pensamientos completamente opuestos y sin coincidencias programáticas mínimas.
Esa dinámica, sostenida en el tiempo, licuó la identidad del espacio y lo convirtió en un contenedor de contradicciones.
Hoy, dirigentes del frente renovador dicen que “se dice una cosa u otra, como si fuera una misma línea de pensamiento y estamos diciendo blanco y después negro”, y agrega “La militancia ya no sabe qué milita: conviven (a los codazos) referentes con posiciones antagónicas, y esa tensión se ve en los territorios, donde dos dirigentes enfrentados terminan disputando una elección dentro del mismo Frente Renovador. No hay un proyecto Renovador que se pueda ofrecer a la comunidad”.
Un dirigente con el que cientos de renovadores de todos los municipios se sentirán identificados
Tras la columna que publicamos el domingo pasado, dirigentes de la Renovación se contactaron con MISIONES.UNO. El texto reflejaba el malestar interno que muchos mantienen con la conducción de Carlos Rovira.
En diálogo con MISIONES.UNO, un exintendente del Frente Renovador hizo catarsis sobre la situación interna que se vive en el espacio:
“La Renovación ya no es la Renovación. Desde que empezaron con la Renovación 2.0, después la Renovación NEO y ahora la Renovación BLEND, todo se volvió más ridículo para la gente. Para la gente y para nosotros, los referentes que tenemos que salir a buscar los votos.”
“Esto nos pasa en todos los municipios. Si el aparato no se mueve, la Renovación no saca ni el diez por ciento de los votos que saca. La Renovación se vació: solo tiene el poder de su lado, pero en algún momento eso ya no alcanza. Se intentó con lo del proyecto misionerista, y algo de eso llegaba a la gente, pero hoy no existe.”
“La Renovación perdió su identidad política. Un día somos peronistas, al otro día somos macristas; volvemos a ser peronistas, después nos transformamos en libertarios. Y ahora resulta que te levantás una mañana y te llega un WhatsApp donde te das cuenta de que volvimos a ser peronistas… La gente se confunde, nosotros nos confundimos: no se entiende qué somos.”
“Ahora lo que falta es que salgan con armar la ‘Renovación Justicialista’ y ahí ya tenemos que bajar la persiana”, se burla, en referencia a la ola peronista que se vive en Argentina tras el triunfo de Fuerza Patria en Buenos Aires y que obligó a la Renovación a cambiar su discurso.
“Mirá, yo recuerdo el día que salieron con lo de ‘Misiones Start Up’. Nunca se nos rieron tanto en la cara. La oposición nos mató. Nosotros mismos nos tirábamos chistes en los grupos de WhatsApp entre nosotros, porque no nos quedaba otra que reírnos para no llorar… Ahora decime, ¿a quién se le ocurrió semejante burla a la gente de poner ‘Misiones Start Up’?”
“Ahora fijate: de repente somos opositores a Milei. Hasta hace dos semanas les tenía que decir a los yerbateros que ‘la gobernabilidad se paga con gobernabilidad’ y que por eso no nos podíamos oponer a lo que hacía Milei. Y ahora lo salimos a matar y les decimos a los yerbateros que vamos a ir al Congreso para frenarlo… Nosotros metimos a los yerbateros en esta situación. No podemos esquivar eso.”
“Mirá, yo solo espero una cosa: que en algún momento a Rovira le hagan lo mismo que él les hace a tantos dirigentes que fuimos los que construimos la Renovación, y que lo manden a la casa. No sé si está bien que te lo nombre, pero te aseguro que muchos dirigentes renovadores —entre ellos intendentes y concejales que hoy están en el poder—, desde que Maurice Closs se fue, estamos esperando que vuelva para que asuma la conducción de la Renovación.”
Rovira no la ve, Closs la vio: “La Renovación necesita un cambio. ¿Que salga Rovira y entre Closs?”
Curiosamente, el exgobernador de Misiones, Maurice Closs, en una entrevista con Ariel Zayas en Radio News Misiones hace pocos meses, afirmó: “¿Sabés lo que creo? Sí: que los provincialismos, en especial el nuestro —la Renovación—, deben buscar su identidad y volver a su identidad, a su identidad”.
En esa misma entrevista, Closs se burló de la “Renovación Blend” impulsada por Rovira, y señaló: “Con el vino se hace un blend de uvas, es decir, de una misma especie de fruta. Vos mezclás dos vinos y te puede salir un blend. Lo que no podés hacer es un blend de vino con cerveza porque son dos cosas distintas”.
Asimismo, fue tajante cuando Zayas le preguntó por su relación con el ingeniero Rovira: “Hace bastante tiempo que las relaciones son distantes, como lo sabe todo el mundo. Es la realidad. Es distante. No hay una relación de comunicación, de diálogo y menos aún de debate sobre lo que pueden ser las cosas de la política o de la provincia. Esa es la verdad”.
La parte más interesante llegó cuando Zayas le preguntó si se sigue considerando parte del Frente Renovador. Closs respondió: “¿Pero cómo no? ¿Cómo no? Escuche: yo soy, como usted dijo, fundador. No perdí una sola elección en la Renovación y en todas las elecciones estuve donde me pidieron que esté. Y si no estoy, es porque no ando a los codazos por la vida, ¿entendés? No puedo andar yo a los codazos. Insisto: con mi trayectoria, no puedo andar a los codazos”.
“Si no estoy, es porque no ando a los codazos por la vida”: la frase resume lo que hoy significa ser parte de la Renovación, pelear a los codazos por un espacio. Es el reflejo de lo que sienten muchos dirigentes que dedicaron años a construir un proyecto que los relegó y descartó cuando “la moda” pasó a ser ser libertario.
La crisis de identidad —y también de conducción— que enfrenta el Frente Renovador vuelve a poner la figura de Maurice Closs como una opción que muchos dirigentes ven con buenos ojos. Políticamente correcto, además de ser un hombre de centro, muy cercano al arco peronista nacional.
Como parte de este reacomodamiento, Cristina Brítez logró arrebatarle a Rovira el control del Partido Justicialista, un hecho que no pasó desapercibido. Rovira intentó por todos los medios quedarse con el PJ misionero; sin embargo, Brítez consiguió la intervención y, por primera vez en décadas, el peronismo de Misiones juega alineado con el peronismo nacional, en Fuerza Patria Misiones y sin intromisiones de la Renovación.
Da la impresión de que en estas elecciones Rovira se juega mucho más que sostener a sus diputados nacionales: se juega su propio poder. Ya perdió el control del Partido Justicialista —un sello histórico que no le pertenecía, aunque lo mantuvo como rehén—, y ahora queda a prueba en la Renovación, donde el desgaste y el descontento internos corroen su conducción. Todo indica que una parte de la Renovación tradicional “hará la plancha” para que la Renovación Blend demuestre si, además de buenos cortes de cabello y fotos en Instagram, también tiene votos.
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